Esta noticia me puede un poco.
La Iglesia Católica reniega de la fiesta de Halloween pues la considera una celebración pagana que pone en primera fila a las brujas y demonios, cosa muy, muy mala.
Sin embargo, deben de haberse dado cuenta que luchar contra ella se hace muy difícil, y han decidido unirse ¿Cómo? pues proponiendo que los niños y niñas se disfracen de santos, así los admiran a ellos y no a esa bruja malvada o a ese esqueleto siniestro.
Y he de decir que la idea no es tan mala como a algunos detractores acérrimos de la Iglesia les pudiera parecer. Imagináos a vuestra pequeñina, disfrazada de Santa Lucía (que encabeza este post) con su bonito vestidito y un plato con dos ojos sanguinolentos en él ¿No os da cague?
O imagináos a vuestro muchachito, pertrechado cual San Jorge, con su espada en una mano y una cabeza de dragón cortada en la otra mano. Épico.
1 comentarios:
¡Genial!
Saludos desde el blog hermano "El Frikismo Ilustrado!
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